1. El misterio del sacerdocio es el misterio del fuego y de luz. Cuando el fuego del espíritu santo en el sacro se convierte en luz en el cerebro, entonces el hombre se vuelve rey de la creación y sacerdote del altísimo. Este es el símbolo de la transfiguración de Jesús.
Cuando llegamos a este estado irradiamos
solamente la luz blanca del íntimo, como el sol espiritual, y entonces podemos
decir: Yo Soy uno con el padre en el reino del íntimo.
2. El sacerdote es el sacrificador. Cuando
el hombre sacrifica sus instintos animales sobre el “altar de bronce”. Cuando
sus deseos están consumidos por el fuego Divino, entonces su alma se convierte
en luz y su cuerpo en “alimento verdadero” para sus doce facultades del
espíritu “sus discípulos “, colocados en su organismo como escalones que le
convierten en Cristo sacerdote, según el orden de Melquisedec, que sacrifica el
goce de su cuerpo animal y convierte al cuerpo y a la sangre en pan y bebida de
los ángeles, en hostia que desciende del cielo del espíritu para eliminar a
todos los seres.
3. Los herederos de esta sabiduría divina
siguen, hasta hoy, adorando a Dios en el propio cuerpo humano, porque saben que
cada una de sus partes tiene un significado secreto; que las medidas de esta
figura tiene un significado secreto; que las medidas de esta figura tiene un
factor básico para medir todas las partes del cosmos y del tiempo y por último
que Dios habita en el y se manifiesta por medio del fuego y de la luz.
4. La filosofía del fuego es la base de
todas las religiones, aunque estas no la comprenden.
El sacerdote debe haber encendido en él la
llama sagrada o debe haber recibido la lengua universal “todos los idiomas”, y
de esta manera se convierte en médico, fisiólogo, biólogo, farmacéutico,
sanador, astrónomo. Matemático, músico, y mago en todo arte y ciencia.
5. El que aprende el antiguo y nuevo
testamento literalmente, sin llegar al espíritu de las letras muertas, nunca ha
sido, ni es, ni será sacerdote; porque nunca ha visto la luz en su comprensión,
ni ha recibido al “Espíritu Santo”.
6. Todos los grandes misterios se
encuentran en el mismo cuerpo del hombre y el aspirante a sacerdote del
altísimo debe levantar el velo como ha hecho el amado discípulo Juan y tener su
propia “revelación” o iniciación. Porque todo lo oculto debe ser revelado y
develado. El camino esta trazado y el hombre debe seguir en este camino.
7. El espíritu del hombre es fuego que
emite rayos desde el centro del cuerpo humano; estos rayos construyen cuerpos a
su alrededor. Este centro de fuego eterno que jamás nació, ni jamás muere;
“porque este Melquisedec, rey de salen, sacerdote de Dios altísimo, el cual
salió a recibir a Abraham (el anima Mundi o alma universal) que volvía de la
derrota de los reyes y le bendijo; al cual así mismo dio Abraham los diezmos de
todo, primeramente el se interpreta Rey de Justicia, y luego rey de salem (paz)
que es rey de paz, sin madre, sin linaje, que ni tiene principio de días ni fin
de vida, ,más hecho semejante al hijo de Dios, permanece sacerdote para
siempre”. Después de la explicación anterior ¿que mente, por más obtusa que
sea, no comprende que Melquisedec es el nombre simbolizo de las divinas
jerarquías o superhombres que desempeñaron el dual oficio de sacerdotes y
reyes?
8. Cuando la chispa divina se prende en el
cuerpo humano, la sangre del cuerpo la alimenta para seguir ardiendo. Observa
la sangre al microscopio aparece constituida por multitud de glóbulos blancos o
discos; pero la verdad es que la sangre es un gas circulante por un cuerpo
vivo, es una esencia espiritual; su calor esta causado por el fuego divino del
Yo Soy. “la vida esta en la sangre”, dice la Biblia y dice la verdad.
9. El misterio que debe ser descubierto
por el aspirante consiste en lo siguiente: El fuego Divino arde siempre en la
sangre venosa que esta llena de impurezas físicas y pasionales. Este fuego arde
siempre para convertir a la sangre venenosa en sangre arterial en donde brilla
la luz porque esta más libre de pasiones y deseos. El espíritu de Cristo se
manifiesta en esta etérea sangre, como lo hizo en el cuerpo de Jesús, que así
limpia, inundo al mundo purificando, en gran manera de egoísmos, las religiones
etéreas, dando con ello al hombre materiales adecuados a la formación de deseos
altruistas.
10. Todos debemos llegar a la estatura de
Cristo, dice San Pablo. Y cuando venga el Cristo al hombre se vuelve como
Melquisedec que desempeñe el dual oficio de sacerdote y rey y gobierne su
purificada y gloriosa humanidad; entonces el amor sexual se convierte en amor
de las almas.
11. La chispa divina del hombre mora en el
seno de la eternidad; para ella no hay tiempo ni espacio; ni alegría ni
tristeza. Esta chispa radica en el medio del cuerpo humano. Es el fuego del
altar que jamás se apaga y a cuyo servicio se han dedicado y se dedican tosas
las religiones, porque en su luz inefable reside toda perfección y todo el
reino de los cielos. Los pensamientos y las obras pueden ser sus alimentos. Si
son buenos combustibles, la luz brilla; y son inadecuados origina fuego con
humo que causan la ceguera del hombre.
12. La llama inefable, en el hombre,
despide tres luces: roja, amarilla y azul; ni más ni menos que una vela
encendida.
La luz roja, es igual a un anillo, arde en
la periferia de la chispa que consume combustible denso; es el fuego de la
pasión y de la lujuria; despide mucho humo de odios, de temores y de todo lo
que es diabólico y nefasto.
La luz amarilla es el amarillo interior
que arde con fulgor firme, sin producir humo; es la clara razón del hombre que
ilumina la mente y alumbra la obscuridad.
La luz azul es el fuego del espíritu
elevador que se halla muy cerca de la base de la espina dorsal en donde arde el
fuego infernal con sus negros humos.
13. Cuando por medio del dolor y la
experiencia el hombre comienza a elevar sus pensamientos y dignificar sus
obras, su fuego se trasforma en luz amarilla en el corazón y entonces se
convierte en el hijo amado de su padre; trasciende la materialidad, ve el
resplandor d la inmortalidad, y comienza a irradiar un luz de su cuerpo que se
extiende miles de kilómetros más allá de su cuerpo. Luego se le abre el ojo
interno y ve que todo lo que existe despide luz; porque en donde hay vida debe
haber luz.
14. En el saber esta el poder; el hijo va
al padre y el padre, obra por medio del hijo saber.
15. El padre es la luz; el hijo es luz, el
espíritu santo es luz y las tres luces forman la luz inefable en el hombre que
es el símbolo más perfecto de Dios, porque esta luz es la manifestación del
eterno inmanifestado, su fuego arde en al alma de todas las cosas, desde el
comienzo de los tiempos. Esta está encerrada en el corazón de toda la forma,
por eso dicen los ocultistas, el todo esta en todo. Todas las religiones
adoraban esa luz y le hacían ofrendas, para que la luz brillara más y más desde
el interior.
16. Las ofrendas de los antiguos sabios
consistían en sacrificar lo animal del hombre en este fuego eterno para
encontrar la luz; luego cuando la ignorancia o las tinieblas invadieron la
mente humana, principio a sacrificar los animales y por último, a sacrificar al
mismo hombre.
17. La luz inefable que disipa las
tinieblas, enemigas del hombre, es al mismo tiempo el vehículo de la vida
misma; es el vehículo del calor y lleva consigo, el origen y el esperma de
todas las cosas y por medio de Ella pasan todos los impulsos del superhombre;
porque esta luz se desempeña en el universo como sistema nervioso de la
divinidad. Por eso los antiguos eligieron, como emblema de la luz inefable, al
sol; pero no adoraron al sol, sino a Dios, tal como El se manifiesta mediante
la luz de la verdad que radica en el alma humana, la que se encontraba
aparentemente, separada por la naturaleza inferior de la luz divina.
18. Todas las religiones de todas las de
edades adoraban al Cristo en esta luz y estuvieron dedicados a facilitar la
reunión de esa Chispa con la gran llama. Esta luz Cristica que “por ella todas
las cosas fueron hechas: y nada, nada de lo que fue hecho, se hizo sin ella”
19. la luz inefable que existe en el
hombre tiene que ser “salvada” o librada por la regeneración. Todas las
religiones y las escuelas herméticas poseen en su espíritu interno el método
secreto para la salvación o la liberación de esta luz. Pero este gran arcano
era revelado a los mercaderes que habían demostrado ser indignos de poseer el
poder de la vida y de la muerte.
20. También este fuego que reside en el
interior del cuerpo (el infierno) seguirá ardiendo eternamente hasta consumir
todo átomo egoísta del hombre, de sus anhelos bajos deseos y convertirle en
hijo d e la luz. Este es el verdadero misterio del infierno que se encuentra en
el bajo vientre, en donde habita el enemigo secreto con sus huestes, llamado
por las religiones Satanás y demonios. El hombre en vida y sobre todo después
de la muerte lleva consigo su mente y sus cuerpos de deseos, mental y otras más
sutiles; de esta manera que si la mente con el pensamiento y la aspiración, ha
aglomerado en la parte inferior de su cuerpo muchos átomos malignos, creados por
el, quedara sujeto a estas creaciones mentales durante un tiempo, más o menos
largo, sufriéndose quemándose, y se dice que el alma esta en el infierno o el
purgatorio. Todo
esto significa que el hombre, durante la
vida, alimento el fuego Divino con bajo combustible en vez de convertirlo en
luz pura para las nobles aspiraciones. Entonces, cielo e infierno no son más
que creaciones del mismo hombre y están en él.
21. En la Biblia los Hijos del Fuego son
llamados los hijos de Dios, mientras que los nacidos se les llama las Hijas de
los hombres. Porque el fuego o la llama es la divinidad en el hombre, y el agua
es la humanidad en él. Cuando los hijos de Dios se despojaron con las hijas de
los hombres se produjeron las catástrofes; por eso las religiones y sus misterios
enseñan la reconciliación y la cooperación entre los unos y los otros.
22. Algún día, por medio de las prácticas
de los misterios, el hombre poseerá dos sistemas espinales completos: uno es
fuego luz y otro es agua. Ambos estarán desarrollados y gobernaran con sus dos
poderes que trabajara, juntos en armonía, al hombre.
Actualmente el ser humano llega a poseer
los dos sistemas; pero en él domina el polo positivo y en la mujer, el polo
negativo; más, cuando el ser humano llega a poseer las dos polaridades a la vez
será su propio padre y su propia madre y así será sacerdote según el orden de
Melquisedec (sacerdote y rey) por su propia agua y su propio fuego, “ sin
padre, sin madre sin linaje, que ni tiene principio de días ni fin de vida, y
no es hecho conforme a la ley del mandamiento carnal, sino según la virtud de
vida indisoluble”. Este es el símbolo de la misteriosa ave Fénix, que al
abrirse para morir, deja salir de dentro de sí misma a otra ave que sale
volando. El fénix hacia su nido con llamas, símbolo del adepto que vive en su
propia llama en la que es posible dar pensamiento a sus propios Yo es con su
propia naturaleza. Hasta hoy, son muy raros los que han podido llegar al
sacerdocio de Melquisedec en que se han unido tan perfectamente ambas
naturalezas, la divina y la humana, que están simbolizadas por el bicéfalo, por
las dos águilas; por el binario equilibrado; por el equilibrio del corazón y de
la mente; por la intuición y la razón.
23. La divinidad una se bifurca en dos
para convertiste en creación en la que se manifiesta en la dualidad. Por la
dualidad se forman: cielo y tierra; el bien y el mal; la luz y la sombra; el
padre y la madre; el yang y el yin; el sol y la luna, la expansión y la
reunión; la necesidad y la libertad; Adán y Eva, etc.
24. En el mismo cuerpo se manifiesta la
dualidad en todo el organismo; pero esta dualidad se concilia en el centro
cerebral; en el entrecejo; en la lengua, en el corazón, en el ombligo, en la
pelvis y el falo.
La unidad de la dualidad desde el cerebro
del hombre es el principio de la creación que se manifiesta en el sexo; y la
unidad de la dualidad en la base inferior de la medula es el retorno a la
divinidad.
25.La reunión de los dos sistemas en el
hombre es el misterio de la creación. Mientras están separados significan
emanaciones del intimo; pero emanaciones inútiles, porque se pierden en el
espacio infinito; más, cuando se unen, desarrollan la luz inefable en el alma
que toma el camino del retorno a la unidad superior, actualmente el hombre busca
a la mujer para realizar su creación; pero algún día el adepto utilizara las
dos polaridades de su propio cuerpo y las unirá en base de su medula, en donde
formara el circuito de fuego sagrado serpentino, y su luz ascenderá por medio
de su aspiración, respiración y meditación a la unidad.
26.Como en la electricidad esta energía
desciende como positiva, por el lado derecho de la medula espinal, y la pasiva
por el lado izquierdo; ambas polaridades tiene que unirse en la base de la
espina dorsal y tomar el camino de retorno hacia arriba atravesando la misma
medula hasta llegar al sexto plano. Este símbolo esta representado por el
caduceo. Si esta energía se derrama, desde el punto de unión inferior, vuelve a
la tierra y arrastra al hombre a la animalidad.
27. El fuego sagrado aunque es uno en toda
su manifestación expresa distintamente en los diferentes planos y partes del
cuerpo. Podemos tomar el fuego material como ejemplo, al mismo tiempo que humo,
calor y luz; así es también el fuego divino, en el sexo y el bajo-vientre es
humo o instinto animal; calor y deseo pasional en el pecho, y luz en el
cerebro, de manera que esta acondicionado por la naturaleza del plano en el que
opera.
28. “Cuando los dos sean uno y no habrá
más masculino y femenino, vendrá el reino de Dios”. El iniciado debe
desarrollar en su cuerpo ambos polos, para convertirse en luz o en unidad.
29. El fuego producido por la unidad del
binario: hombre y mujer aviva los plexos. Para alcanzar la fortuna material
(riqueza, gloria, fama, amores, etc.) hay que desarrollar los plexos,
atractivos que son el prostático, el sacro y el coronario o pineal; pero si el
hombre no domina la naturaleza inferior, el desarrollo de estos plexos hace de
el un neurótico banquero o estafador; mientras que la espiritualidad desarrolla
los proyectos que son: el umbilical, el cardiaco, el laringeo y el frontal y
proyectan sentimientos y
pensamientos que son capaces de
evolucionar el mundo.
“En nuestra obra intitulada “las llaves
del reino o el conocimiento de si mismo” se encuentran todas las explicaciones
necesarias para comprender mejor este misterio y el sendero de la realización
para el aspirante.”
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