1. Yo Soy es la chispa divina emanada de la sagrada llama. Es el hijo del divino padre. Es inmortal, eterno, indestructible, invencible. Posee en si los mismos atributos de lo absoluto: poder sabiduría y realidad. Quien no llega a sentir, a vivir, a identificarse con Yo Soy la realidad, vivirá siempre con el concepto de que el es un hombre que tiene alma a la que debe salvar, mientras que la pura verdad es que Yo Soy es aquello que se manifiesta en un ser asombrosamente organizado que comprende en su estructura física, mental y espiritual, lo superior y lo inferior. En sus huesos se manifiesta la forma de vida mineral; en la vida física se parece a la planta; en sus deseos o emociones se parece al animal; en sus facultades superiores manifiesta al superhombre y en fin en su voluntad, poco comprendida por la mayoría, es dios (vosotros sois dioses)
2. Los animales no poseen la sensación del
Yo. Los salvajes apenas son conscientes del Yo. Los civilizados creen que “Yo
Soy” es la mente y viven realmente en el plano de mente instintiva y su Yo es
el cuerpo que posee los sentidos y las sensaciones: por eso dice el hombre: Yo
estoy enfermo, Yo estoy alegre, etc...