1. Yo Soy es la chispa divina emanada de la sagrada llama. Es el hijo del divino padre. Es inmortal, eterno, indestructible, invencible. Posee en si los mismos atributos de lo absoluto: poder sabiduría y realidad. Quien no llega a sentir, a vivir, a identificarse con Yo Soy la realidad, vivirá siempre con el concepto de que el es un hombre que tiene alma a la que debe salvar, mientras que la pura verdad es que Yo Soy es aquello que se manifiesta en un ser asombrosamente organizado que comprende en su estructura física, mental y espiritual, lo superior y lo inferior. En sus huesos se manifiesta la forma de vida mineral; en la vida física se parece a la planta; en sus deseos o emociones se parece al animal; en sus facultades superiores manifiesta al superhombre y en fin en su voluntad, poco comprendida por la mayoría, es dios (vosotros sois dioses)
2. Los animales no poseen la sensación del
Yo. Los salvajes apenas son conscientes del Yo. Los civilizados creen que “Yo
Soy” es la mente y viven realmente en el plano de mente instintiva y su Yo es
el cuerpo que posee los sentidos y las sensaciones: por eso dice el hombre: Yo
estoy enfermo, Yo estoy alegre, etc...
Mientras que el ser adelantado encuentra
que hay algo en el superior a la mente y al cuerpo y se halla en frente de lo
desconocido. Entonces busca la iniciación interna y a la mente. Adquiere los
conocimientos sin razonamientos intelectuales; adquiere la conciencia de lo
real, llega a ser consciente del Yo Soy y pasa a las filas de los iniciados. Cuando un iniciado principia a
reconocer su relación con el todo y comienza a manifestar la expansión de Yo
Soy, ya es maestro.
3. Es muy difícil llegar a la verdadera
iniciación interna y muchas son las trabas que impiden al iniciado: una de
estas trabas es lo que aprendió de niño, cuando ha sido grabado en su
consciente de que el hombre es un ser separado de lo absoluto y luego la
reflexión le impide concebir una causa sin causa, porque todo cuanto observa en
el mundo fenomenal tiene una causa y proviene de algo. Vemos en nuestro rededor
actuante la ley de causa y efecto, y por tal motivo, el intelecto da por
supuesto que ningún efecto puede haber sin su correspondiente causa y cuando
llega a lo absoluto tambalea, pero no tiene más remedio que creer en una causa
sin causa.
4. Desde el momento en que el aspirante
conoce completamente el Yo, es un iniciado, que penetra en el misterio de todas
las religiones y despierta el alma al conocimiento de la real existencia, la
revelación de la verdadera naturaleza del alma y de su relación con el todo.
5. La mente instintiva nos pertenece, pero
no es el Yo. El intelecto, la parte de la mente que razona, analiza y piensa no
es el Yo. Tampoco la mente espiritual, origen de todo pensamiento bueno, es el
Yo.
6. Yo soy es aquella manifestación unida a
lo absoluto que nunca tuvo principio ni puede tener fin.
CAPITULO III EL FUEGO Y LA LUZ
1. Hay una sola religión con muchas
instituciones religiosas así como hay una sola humanidad y muchas razas y
costumbres dentro de la única humanidad. Los complicados rituales de los
antiguos misterios tenían un solo objeto y es el salvar al hombre o religarle
nuevamente con su dios y esto es lo que significa religión.
Entonces la palabra religión,
etimológicamente es la relación entre el hombre y Dios.
Esta relación puede ser natural o fundada
en la ley grabada por Dios en el corazón del hombre sin necesidad de dogmas,
ritos, ni ceremonias. Esta religión natural solo es posible en los individuos
suficientemente evolucionados que adoran a Dios en espíritu y en verdad; pero
los que no hallan llegado todavía a esta etapa de adelanto necesitan una
religión positiva, o sea un conjunto de creencias o dogmas acerca de Dios y de
la vida futura, con normas morales para la conducta individual, y ritos y
ceremonias que simbolizan materialmente las verdades espirituales, a fin de
conducirlos a la verdadera religión.
2. De esta manera la necesidad de
religiones positivas están acomodadas al temperamento y estado de evolución de
toda raza, clima y país, en cuanto atañe a las formas del culto externo; pero
el espíritu que anima a todas las religiones es Uno y en el fondo TODAS SON
VERDADERAS.
El reino de Dios esta dentro de vosotros,
dijo el Cristo. Vosotros sois dioses, dijo la Biblia. Somos de dios y a Él
volveremos, dijo Mahoma. Tú eres aquello dice la filosofía Hindú, y con todo el
hombre sigue buscando a Dios en “esta montaña y en el templo de Jerusalén”.
3. Cuando dijo Cristo: el reino de Dios
esta dentro de nosotros, quiso enseñarnos que el cuerpo del hombre es un templo
del espíritu viviente y el, el hombre es un sacerdote de esta casa del señor.
Por eso vemos que los templos antiguos estaban delineados esquemáticamente de
acuerdo con el cuerpo humano. Pero. Como los templos eran copias del cuerpo
humano, así también fueron y serán los rituales de las religiones, símbolos de
ciertos procesos que tiene lugar en este mismo templo cuerpo-humano.
4. Las ceremonias de todas las religiones
enseñan el misterio de la regeneración del alma por medio de ciertas
actividades realizadas dentro del organismo físico y dentro del plano
espiritual. “conócete a ti mismo” dijo el oráculo, porque este conocimiento
conduce al reino de Dios interno, y porque del templo de la sabiduría interna
salen los dioses iniciados.
5. Dicen que los iniciados no entregan a
los profanos las llaves del reino y por eso el misterio de la serpiente o el
gran arcano jamás ha sido revelado públicamente, y esto es verdad. Muchos
preguntan el porqué de este sigilo y la contestación ha sido: para no armar al
malvado con un arma terrible y para no convertirle en un demonio desencadenado
entre los hombres. Esta contestación puede ser cierta, pero para nosotros no
nos es suficiente y tenemos otra causa más, que es la ignorancia y la poca
evolución de la mayoría de los hombres.
Un día una señora rogó a Einstein que le
explicara, lo más claro posible, la teoría de la relatividad. El sabio le dijo:
Un día viajaba un hombre con un ciego de
nacimiento y como hacia mucho calor le dijo:
- vamos a tomar un vaso de orchata para
refrescarnos.
El ciego le pregunto:
- ¿que es un orchata?
- orchata es un liquido blanco refrescante
– le contesto.
- bueno, yo comprendo que es liquido, pero
¿que es blanco?
- blanco es el que tiene el color de la
garza
- ¿y que es la garza?
- garza es un ave cuyo cuello es torcido
como el signo de la interrogación.
- comprendo que es ave pero ¿que es
torcido como el signo de la interrogación?
El compañero desesperado por estas
preguntas, tomo el brazo del ciego y le torció para darle la idea del cuello de
la garza. El ciego adolorido, dijo:
- ahora, ya se que es orchata.
El hombre nunca comienza a ver hasta que
empieza a contemplar el misterio de su propia existencia y el templo cuerpo es
el único depositario de ese conocimiento que cura de al ceguera natural.
6. Sin embargo los misterios de la
iniciación interna no están profundamente ocultos y si no se los descubre es
debido a que están velados con símbolos y alegorías. Cuando el hombre se
detiene a leer el lenguaje del simbolismo con el que están escritas todas las
religiones del mundo, el velo de sus ojos y la ceguera desaparecerá, entonces
conocerá la verdad y la verdad le hará libre.
7. El gran arcano de las religiones es el
poder del fuego, la luz inefable. El sol era adorado como el gran fuego que
ardía en el medio del universo. Este gran fuego material es el símbolo del
fuego divino que arde permanentemente en el centro del cuerpo humano, y que da
vida a este universo.
El misterio del fuego, es el misterio de
la luz inefable o el misterio de la serpiente es el misterio del sacerdocio
según el orden de Melquisedec, rey de salem, que es rey de paz, sin padre, sin
madre, sin linaje, que ni tiene principio de días ni fin de vida, más hecho,
semejante al hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.
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