1. Lo absoluto creo dos cosas en su imagen y a su semejanza: la primera es el sistema Cósmico; y la segunda es el hombre que es una miniatura del primero. Y como es arriba es abajo.
2.
Todas las religiones antiguas y modernas colocaban y colocan sobre sus altares
la imagen de un hombre o de una mujer para simbolizar al poder divino y
adorarlo. El arca de Noé, la tierra prometida, el pesebre de belén, el santo
sepulcro, el tabernáculo, Jerusalén, el templo de Salomón, etc, etc, no son más
que el mismo cuerpo humano.
Todas
las religiones y todos sus misterios simbolizaban la divinidad del hombre y su
relación con lo absoluto.
3. El
reino de los cielos esta dentro del hombre, en el también están la tierra y el
infierno; esto es, dentro de su ser se hallan Dios, el ángel y el demonio.
4. El
hombre es un sistema solar compuesto de astros, planetas, soles y lunas con
cometas que giran en órbitas irregulares y forzosamente debe seguir las mismas
leyes del sistema mayor.
5.
Mientras más perfecto es un hombre, mayor cumplimiento da a estas leyes, como
hizo el divino Jesús. Pero también es cierto que, algún día, debemos llegar a
la estatura de Cristo.
6. Los
primeros versículos del evangelio de San Juan encierran los misterios de todas
las edades y dicen así:
Vers.
1: En el principio era el verbo (Yo Soy) y el verbo era con Dios (lo absoluto)
y el verbo (Yo Soy) era Dios.
2:
Este (Yo Soy) era el principio con Dios.
3:
Todas las cosas por Él (Yo Soy) fueron hechas y sin El, nada de lo que es hecho
fue hecho (o, que todas las cosas hechas han venido a la existencia como
consecuencia del factor primario el Yo Soy y no hay cosa que exista aparte de
aquel factor).
4: En
el (Yo Soy) estaba la vida (que es) y la vida era luz (que es) de los hombres.
5: Y
la luz en las tinieblas (cuerpos) resplandece; más, las tinieblas (cuerpos
mentes) no la comprendieron....
(Y la vida se hizo en el hombre y la luz, el fuego, el Reino de Dios se halla dentro del cuerpo; pero las vibraciones inconmensurables de Yo Soy son tinieblas al ojo físico)
9:
Aquel era luz verdadera que alumbraba al hombre que viene a este mundo.
10: En
el mundo estaba y el mundo fue hecho por Él; y el mundo no lo conoció.
11: A
los suyos vino y los suyos no le recibieron (porque no le conocieron).
12:
más a todos los que le recibieron dioles potestad de ser hechos hijos de Dios,
a los que creen en su nombre.
13:
los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de
voluntad de varón, más que Dios.
14: y
aquel verbo fue hecho carne y habito entre nosotros y vimos su gloria, su
gloria como de unigénito (único engendrado) del padre, lleno de gracia y de
verdad.
7. Los
catorce primeros versículos del evangelio de San Juan contienen toda la
sabiduría y todo el poder mágico. Con la meditación constante y por la
constante repetición, se logra obtener la visión de todos los acontecimientos
que relata el Evangelio. Estos versículos son el camino, la puerta y la verdad
que conduce al hombre hacia la iniciación interna; porque el iniciado, que obra
su cuerpo eterico, es nacido dos veces, es le nacimientos del Cristo o la luz
inefable en su corazón.
8. La
luz inefable o el fuego fue adorado, desde los tiempos primitivos, por el
hombre.
Antiguamente
hasta el salvaje sentía que la llama del fuego material tuviera alguna relación
con la llama interna de su propia alma; por eso con el correr de los tiempos
adquirió para sus iniciaciones religiosas la antorcha, y la espada flamígera, y
coloco en su cabeza una corona de oro cuyas puntas semejaban los rayos del sol.
9.
¿Desde cuándo fue establecida la adoración al sol? La adoración al sol fue
simultánea con la aparición del hombre. Antiguamente la adoraban como luz
inefable sobre todo el universo. Todos los nombres de los dioses y salvadores
significan Fuego o Luz espiritual invisible, Júpiter, Apolo, Hermes, Mitra,
Baco, Odin, Buda, Krisna, Zoroastro, k.o.-HI, Agni, Irma, AIF, Moisés, Sansón,
Vulcano, Alah, Bel, Baal, Serapis, Salomón, Jeshua Cristo, y muchas divinidades
más cuyos nombres simbólicos significan la manifestación del poder de la luz.
10. La
fábula de prometeo (Lucifer) es un velo de la verdad. El alma humana al poseer
el fuego divino lo empleo para la destrucción fue encadenada a la roca (cuerpo)
y devorada (por el buitre de los deseos) hasta que un hombre lograra dominar el
fuego sagrado y se hiciera perfecto. Esta profecía la cumplió Hércules (Cristo)
y liberto al amigo del mundo (el alma) que había estado sometido tantos años al
tormento, naciéndose en su corazón.
11. La
luz que actúa en el sistema nervioso es el puente que une la vida la acción; es
la fuente de la inteligencia y, en fin, por esta luz, el “Hijo del hombre” es
llamado “Hijo de Dios”.
12. La
luz inefable emana de lo absoluto en forma de tres soles: uno físico, otro
mental y el tercero espiritual. Los verdaderos iniciados han llegado a ver al
sol invisible y así se hicieron “hijos de la luz”
13.
Las religiones antiguas buscaban las maneras y medios poderosos para captar el
misterioso fuego cósmico que circulaba en el éter, y por eso, sus sacerdotes se
valían de plantas, de animales y de metales de propiedades absorbentes de esa
luz invisible.
14. El
cristianismo empleo el fuego en sus ritos con el incienso para simbolizar así
como el fuego quema y consume el incienso, así también el fuego divino en el
hombre mediante la regeneración consume todos los elementos groseros del
cuerpo, convirtiendo al alma en fragante perfume que se eleva hasta el trono de
lo absoluto.
15.
Los campanarios, las torres, los obeliscos y las pirámides son símbolos del
falo portador del fuego.
16. El
árbol edénico, cuyos frutos daban la vida y la muerte; el árbol del conocimiento
del bien y del mal; al árbol de la sabiduría significa a la vez el falo y su
fruto es el fuego cósmico.
17. El
oro de los templos es el sagrado metal del sol, porque tiene el color de la luz
solar
18.
los cirios encendidos en los altares representan el fuego divino, si son tres
representan la trinidad o los tres soles; si son siete, entonces representan
los siete ángeles ante el trono del señor; si son doce, los signos zodiacales;
si son 24 representan los doce espíritus de las horas del día. La pequeña
lamparilla roja de aceite de oliva, que es la más importante, es el símbolo de
Yo-Eva, Adán -Eva, el señor constructor de las formas.
19. El
aceite es el símbolo de la sangre: esta mantiene la llama sagrada del hombre,
así como la otra mantiene las llamas físicas. El sol Cristo muere en el
equinoccio vernal y redime a toda la humanidad con sus rayos (sangre) que brota
del cuerpo. La sangre del hombre es el vehículo de la chispa Divina. Esta
chispa se mueve con la corriente sanguínea y no se encuentra en ningún punto
particular del organismo. La vibración de esta chispa puede ser dirigida y
localizada en cualquier parte del cuerpo mediante la voluntad concentrada, pero
siempre hay que tener en cuenta que la sangre es un gas dentro del cuerpo, que
manifiesta el fuego divino interno y se convierte en líquido, solamente, por su
contacto con el aire o cuando la abandona la chispa de luz.
20. El
hígado en el hombre es la fuente del calor y del poder de la sangre; es el
quien distribuye el fuego del sol interno que se convierte en luz en el sexo.
21. El
pan de la eucaristía es el símbolo del sol interno, el vino es el líquido que
más se parece a la sangre humana. Entonces pan y vino son símbolos del Cristo
luz que ilumina al hombre por su vehículo que es la sangre para que de esta
manera, el hombre se convierta en Cristo radiante que es luz del mundo.
22.
los reyes sacerdotes antiguamente eran verdaderos iniciados que participaban en
forma de halo de luz alrededor de su cabeza; porque el fuego del espíritu santo
en sacro se convertía en luz en el cerebro para convertirle en dios omnisciente
sin necesidad del intelecto. Este halo de luz se convierte con el tiempo en
diadema para los reyes modernos y en aureola de luz para los santos y ambos son
símbolos del poder solar.
23.
Este poder solar al ascender por la medula espinal y al llegar finalmente en el
ventrículo del cerebro toma un hermosísimo color dorado, irradiando en todas
las direcciones, en forma de corona, y sobre todo por el hueso sacro occipital
en forma de abanico. Esta luz significa la regeneración del hombre y su llegada
“a la estatura del Cristo”. Esta luz única cambia según el pensamiento del
iniciado: la pureza le convierte en blanca; la espiritualidad, en azul; la
sabiduría en amarillo; el amor en rosado, etc.
24.
Muchas veces se pinta a la virgen María con los rayos del sol que manan en sus
manos.
Este
hermosísimo símbolo demuestra que las manos eran el símbolo de la ayuda divina,
puesto que se empleaban para levantar al hombre caído, esto es, iluminado en su
ignorancia y conduciéndole al amor, al saber y la verdad.
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